miércoles, 21 de agosto de 2013

Conjuras vaticanas

Ahora que Bergoglio va a desmantelar el Vaticano, las conjuras se trasladan al mundo corporativo de Madrid. Es asombroso (y triste), ver cómo intereses personales condicionan las decisiones corporativas. No sé quién era el poeta latino, que decía que no había quién aguantase el ruido y la intriga de la ciudad, que era preferible la calma y paz del campo. En el campo hay más honradez, porque hay menos interacción. Homo homini lupus. No vimos lobos en El Palancar.

Ayer visita a una obra civil en Guadalix, y cena en La Cabrera con un amigo, compañero de tapia. Me gustó el detalle de impermeabilización, ¿durará 300 años? Olvidé preguntarle a P. cuánto cuestan las bombas y las válvulas. Y si ha visto a la ilustre inquilina...


En el ámbito económico, el desplome de las commodities es indicador de algo. Se para la producción mundial de algo. ¿Cómo pueden inyectar dinero sin que sea deuda? Tiene que ser algo novedoso. Nuevas monedas, nuevos colaterales, nuevos productos. ¿Nuevo dinero? Lo que está claro es que las deudas no se van a poder pagar, y eso lleva a la destrucción de la moneda. ¿Cómo? Como sea.

Bueno a estudiar chino. Y a la pisci, que ya me ha llamado el Camarlengo a ver a qué facción apoyo.

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