¡Ah, las contradicciones de la vida! La finca de Faustino está siendo para mí como el zahir de Borges: es algo en lo que no puedo dejar de pensar. Sigue el anuncio puesto en la web... Soñando con que me llame Faustino, o mejor ... que llame ella: Pilar, que nos ayude a vencer a la Hidra. Lo malo es que necesitamos para ello mirarnos al espejo.
No sé si esta finca es como una mujer fatal, que destruye a quien atrae. Como la passante de Baudeleraire:
Ah! que je te eusse aimée,
Toi, qui le savais...
Bueno, de las musas al teatro. Mañana charla con los italianos, cocktail de empresa y reunión con Cristóbal. El domingo al Nordeste.
A ver si olvidamos así a "el último socialdemócrata". Cosas veredes.
Termino ya el post, que tengo que terminar el contrato.
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