viernes, 21 de mayo de 2010

De vuelta de Alemania

Nunca había estado tan cerca de perder un avión como hoy (salvo una vez que efectivamente lo perdí, en Munich, creo). Han sido 3 días intensos en Alemania, pero ha sido toda una lección de Project Management. Como dice Fortea, da gusto estar “en órbita”. Muy requetebién.

La mayor preocupación para mí en este momento no es la pierna de Ballack, sino el post de esta mañana de Alberto Artero. Y es que me recuerda a los post apocalípticos en los foros de Idealista de Luisito, que fue donde empecé a tomarme en serio la economía (entrar en Idealista me parecía por aquel entonces una “mariada”, ¡qué ventana me abrió!, gracias esposa mía). Algo gordo va a suceder, me temo. Yo creo que los míos estamos bien, a ver si de una puñetera vez hacemos la lista de gastos y vemos si vamos al San Luis o no (San Luis de Valparaíso va a ser, ya verás).

Escribo este post en pleno vuelo de Spanair, rodeado de varones alemanes que van a Madrid a ver al Bayern contra el Inter de Mourinho. He pedido un vino tinto, y he pensado si la deflación no puede poner a tiro al alguna bodega, y gastar el dinero del belinchón (que esa es otra) en vides, barricas y botellas. Ayer un sexagenario alemán me explicaba en un bonito restaurante de Mannheim el alto valor enológico de los caldos del Somontano (¡toma ya!). ¿Compramos una bodega? Pediremos opinión.

He comprado un par de onzas de oro en máximos, dejándome llevar por el pánico. El euro ha rebotado un 2% y el oro ha bajado un 3%. Pues un 5% de pérdida, por flojeras. Afortunadamente el último bolsalia me ha servido para afianzar mis principios acerca de la diversificación (que la diversificación real es en tiempo, no en producto).

Por cierto, el día 26 de junio participo en unas charlas sobre derivados del oro en la escuela de minas. Contaré lo del contago de Fekete y el hedging mediante warrants. Además, participaré conjuntamente con mi musa Mary White, Lady Gódiva, qué honor… Coñas aparte, puede que el evento quede bien, espero no fallar a Alex.

¿Plan para el finde? Seguir la instrucciones de Judith de IB, ir con mi mujer a la última reunión de los de Opus Dei, comprar un iPhone (que hasta Juanjo Puigcorbé exhibe uno), vender el dichoso piso de una vez, hacer lista de gastos y decidir en qué narices gastamos el dinero cuando llegue. ¿Algo más? Sí, tomar el domingo en La Cumbre unos torreznos, con el vino afrutado que le gusta a María. Ver por la tarde un poco de verde en Canencia o la Barranca con los niños sería ya increíble.

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