Este ha sido un puente no puente. Se ha puesto en práctica la extraña ocurrencia de quien nos gobierna, pasando a lunes una fiesta que es un martes, pero una fiesta que no tiene mucho de fiesta, con el desconcierto consiguiente.
El sábado llegamos sin esperarlo al refugio Giner. Fue una primera incursión por La Pedriza, si descontamos la marcha por la Garganta de la Camorza y la marcha del siglo pasado (casi).
Nos ha servido de preparación para la siguiente marcha: subir al collado de E.C., o del cancho de los muertos (1303 m), bajar hasta el refugio y dormir en él, pasar junto al Tolmo y subir al collado de la Dehesilla. A ver cuándo, a la vuelta de Pennsilvania tras Semana Santa (malditos protestantes). ¡Tantos picos por subir!
Hoy, turismo por Patones y el Atazar (qué bonita la doble curvatura de la presa). Un malpaís, el Atazar. Que me disculpen los locales. Malpaís como los de La Palma. O como Vió, según Porfirio, que en paz descanse.
Nunca veo la tele, salvo cuando tengo una buena referencia. Ayer la tenía, y mereció la pena ver el programa.
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