jueves, 22 de agosto de 2013

A la Cueva de San Genadio

Ese va a ser el destino al que partiré mañana. San Genadio: obispo, monje, eremita, ajedrecista, santo apócrifo... Eso quiero ser yo. Retirarme como eremita entre almendros, olivos y vides. Menos teoría, más heurística... Sí, es cierto, Sócrates mereció la cicuta.

Saber dónde quiere ir uno es el primer paso para lograr la felicidad, he leído hace unos minutos en "Sobre la Vida Feliz", del cordobés Lucio Anneo Séneca. Todos estos libros nuevos de autoayuda son una memez. "Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol" (Eclesiastés 1:9). ¿Dónde vamos mi María?¿A la calle Hidra? ¿o a los almendros, olivos y vides?(¿o a Viena?). Donde sea pero contigo.

De momento estos dias leeremos a Séneca y al autor sagrado en la Tebaida, ese fantástico rincón berciano...




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